Descargar LA PALABRA PERFECTA - DOMINGO MUÑOZ ANTONIO [PDF GRATIS]

AMARÁ: Amantes de la literatura y rebeldes moderados que tienen una razón. Exaltados y panfletarios, abstenerse. NO GUSTA: Para los que tienen más sombras de este Gris y menos Sombras de ciprés son alargadas. RESEÑA: ¿Por qué, lamentablemente, será muy difícil que esta novela se convierta en un éxito de ventas? a) Porque es muy bueno. b.) Porque hay que leer con atención y atención (y esto no está de moda). c) Porque nos confronta con nosotros mismos y con nuestro desapego de vida. e) Todas las anteriores. "Señorita, creo que es D". “Muy bien Mariano. Has recibido las obras completas de Ortega. “¿Podrían haber sido de Ibáñez? Antonio Domingo Muñoz (@antoniodmunoz) reza en su pedestal a doctor en comunicación y periodista de vocación. De profesión, mensajero de palabras, mensajes claros y francos. Falsificó su tesis con un golpe de "mensaje es un mensaje". A la sombra de su profesionalidad, sentido estricto y lealtad periodística se esconde el alter ego de la revuelta por cuatro puntas de cantina a ritmo de Zacapa, bulerías, los trucos de Daniel El Mochuelo (el de verdad, no El Travieso), la oposición de Larios, el guitarrista soñador y nostalgia de la tierra de Málaga, que le pertenece y de la que tanto habla, inventa, crea y peca de palabra, obra y perdón, a cada paso, que su memoria y su pluma asienten al metrónomo. Se trata de una rebeldía, pero no de una que libra una guerra entre golpes, golpes, tirones y rasguños (curioso anglicismo que pretende que la calle sustituya su verdadera traducción de la palabra: “rasguños”, porque esa es la esencia de este método) . intimidación: pica como un gato barrigón arrinconado por la tontería y la desesperación... una verdadera bestia irá en la frente y morderá sin asustar al bastón de lado... en fin) Estamos de vuelta. La rebeldía de Fran (nuestro antihéroe) es la rebeldía de jugar al dominó, de las largas conversaciones de tarde en verano, de oler ratones en librerías de viejo, de desayunar en la terraza de la casa de campo de la familia, sólo él llama. Y, sobre todo, es una revuelta de las masas. Las masas que hacen promesas a sus hijos que no siempre pueden cumplir. Promesas de cultura, letras, palabras, historia. Esta novela, con alma de nivola Unamuniana y cuerpo de Quijano (ni Café ni La Mancha), impresionará a quien la lea con aplomo, serenidad y capacidad de análisis más allá de los indudables credos y mantras oficialistas. Está escrito en primera persona porque no podría haber sido escrito en ninguna otra persona. El tenor de la representación, a veces resplandeciente con el Quijote, nos cuenta lo que le sucede de una manera muy personal, sin ambigüedades ni interferencias. Directo a la línea de flotación, donde duele, donde sangra y donde, finalmente, si no estás preparado, el agua te congela, primero las piernas y luego el cerebro (no hay puertas a las que agarrarse). Los escombros de la lengua y la cultura españolas deben ser recogidos juntos. El óxido se puede limpiar (y sacar brillo), pero si la mentalidad de rescate falla, todos iremos a las entrañas de Las Marianas. En este camino de redención nos encontraremos con personajes de la calavera de Valle Inclán, que no desvelaremos en estas líneas, ya que las situaciones humorísticas que nos brindan son lo suficientemente buenas como para arruinar aquí el espectáculo. Remamos en esta novela con situaciones muy recientes de la política y de la sociedad española. Fran Heredia y su grupo de Sanchos (me parece recordar que ninguno tiene panza, aunque tenían más de una Dulcinea guerrera), emprenderán un viaje desde Andalucía de luz, poemas de Sabina, genio circense de Isco, tapa y cerveza fría , a la capital de todos y de nadie, a la intersección de las arterias con el colesterol, a la meseta del mal humo, a donde todo vuelve a empezar. Allí, por fin, donde la burocracia guarda las cartas, ya sea en el PARA, o en la Biblioteca Nacional, o en el Congreso de los Diputados, rodeados de montañas de escombros con una niña de bata rosa, tratando de salvar la identidad de un multicolor nación que no puede ponerse de acuerdo sobre si disparar al centro, a la derecha o a la izquierda, mientras ignora el hecho de que Nada, como una recreación de La historia interminable de Michael Ende, se le acerca inexorablemente por detrás. El estilo de la autora (que seguro que veréis, porque si habéis leído hasta aquí, tendréis curiosidad por saber qué secretos esconden las páginas de @lapalabraperfecta) va de cabeza a cabeza y de "cara a cara" con "todas y todos". " , con los problemas de la educación regresiva, con la pérdida de los valores y la memoria de los viejos, con los regionalismos y los múltiples traslados del esperanto al babeliko, incluido el manatí (¡ay no, cállate, ese animal!... uno ya perdido ). Este es el Duelo de las Parcas del Tiempo, que Momo quiere curar de unos grises poderosos que nos hacen desviar la atención del arte, la literatura, la investigación y el conocimiento, a favor del sistema mainstream que nos enclava en los bolsillos y en el alma con libre de negro , pokemongers y otros espíritus malignos del telecirco. Vivimos al son del denso y azaroso Cristo de Ulysses James Joyce vs Camilo José Cela de Arizona en una carrera trepidante en busca del punto final. En este viaje habrá golpes para todos, habrá tiros recortados (me vino a la mente el cura delirante de "El día de la bestia" Alexa de la Iglesia, que aquí se hará monja. No prejuzguemos, pero el clímax final de esta película fue en Keo Towers, en este caso el mito será rehabilitado en otro edificio similar pero más actual, y en vez de demonios podrían haber ángeles, o serían demonios disfrazados de ángeles. .. Espero que Dan Brown pueda ayudarnos). También contamos con personajes menores de lujo en medio de la frenética jungla de cristal madrileña para ayudar a nuestro indefenso y astuto héroe, desde el grafitero más antisistema hasta el cigarro y la alfombra más sofisticado. Todo este cónclave de La Colmena de Sela purificará el espíritu del protagonista para que pueda pasar la prueba final, que lo dejará literal y alegóricamente colgado del amor perdido y la venganza que está a punto de hacerse realidad. Si eres de los que se salta las reseñas para ver la conclusión sobre si debes o no dejar números en el libro y no quieres que te digan bollos…pues ¡hola!… En definitiva, SÍ, mayúsculas, sonoras, monosilábicas y marcadas. Hay de todo. Si el gran Gaspar Roseti dijo una vez: “Esa final en Sudáfrica fue realmente el alquimista que necesitaba el fútbol español”. Una novela de Antonio Domingo podría sonar así: "Esta es una palabra hermosa, realmente el alquimista que necesitaba la literatura española". Vale.

Hace 5 años